Todo empezó esa noche, un vecino nos llamó porque escucho ruidos en la casa del viejo, cosa que lo preocupo mucho. Cuando llegamos a la casa, era gigante y hermosa, cuando llegamos al lugar no tardaron en abrirnos, el hombre que nos abrió era muy educado, nos mostró toda la casa la cual estaba hermosamente decorada, con pisos de madera, cuadros por todos lados y paredes y pisos con un tapiz muy hermoso. Nos ofreció un poco de licor, cosa a la que no nos negábamos, luego nos invitó a la habitación del viejo, que según lo que él nos dijo no estaba en ese momento, así que nos dio unas sillas así descansábamos un rato, después de un tiempo estábamos riéndonos y pasándola bien, cuando de repente el empezó a ponerse muy nervioso y a moverse por el lugar, hasta que en un momento gritó  "¡Basta ya de fingir, malvados!  ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí... ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón!" cuando logramos calmarlo nos contó todo así que lo esposamos y lo llevamos al loquero